El Lagarto de Malena
Las historias acerca de lagartos gigantes son bastantes famosas en las zonas más inhabitadas del mundo. La leyendas del Monstruo del Lago Ness, el Mokele Mbembe o el Burrunjor nos hablan de seres del pasado, prácticamente olvidados en el día de hoy, pero que dirías si la leyenda de este mes fue real, y no solo fue real, si no que inspiró al sabio refranero español para crear un refrán.
“Vas a explotar como el lagarto de Malena”. Es un refrán bastante poco conocido dentro del refranero español. Por muy increíble que nos parezca este refrán, prácticamente olvidado, esconde la historia de un ser criptozoologico entre muchas comillas, luego veremos por qué.
Usamos este refrán con las personas que comen mucho, por eso decimos que van a explotar como el lagarto de Malena o de la Magdalena, porque esto fue lo que le pasó a este lagarto, explotó de tanto comer.
Acerca de esta leyenda jiennense existen 3 versiones de la historia. La primera versión nos cuenta como en la ciudad de Jaén apareció un gran lagarto cerca de la fuente de la Magdalena que aterraba a la gente, y dependiendo de la versión que escuchemos, se dedicaba a comerse al que fuera a por agua o a comerse al ganado de la ciudad cuando este se acercaba a beber a la fuente.
Los ciudadanos aterrados aceptaron la ayuda de un condenado a muerte, que a cambio había pedido su libertad. El preso les prometió que a cambio de su libertad, él acabaría con el peligroso lagarto y para realizar tal hazaña necesitaría un caballo, un costal de panes calientes y un pequeño saco de pólvora.
El preso se acercó aquella noche a caballo hasta la cueva donde se encontraba el peligroso lagarto y fue dejando un hilera de panes desde la salida de la cueva. La peligrosa bestia salió de la cueva y se los fue comiendo uno a uno y después comenzó a perseguir al preso, que se subió al caballo y cabalgó hasta la plaza de San Ildefonso, donde en vez de lanzarle un pan le lanzó el saco de pólvora. El terrible lagarto se lo comió y explotó, y de ahí viene el refrán.
Esta es la versión que más verosímil de las tres, ya que varios estudiosos de esta leyenda como Alfredo Cazabán y Juan Eslava Galán aseguran que en la iglesia de San Ildefonso estuvo expuesta la piel de un gran lagarto, seguramente un caimán, sobre la que más tarde se pintó un retrato de San Cristóbal.
La segunda versión es la más popular, y cambia al preso por un pastor, que harto de que el lagarto se comiera a sus ovejas mató a un oveja y relleno un saco de lana con yesca al que después prendió fuego. El lagarto al oler el cordero en el fuego, pensó que el saco lleno de yesca era el cordero y se lo comió, prendiéndose fuego.
La tercera versión de esta leyenda nos habla de que los vecinos de Jaén le pidieron a un caballero con una armadura hecha de espejos ayuda para acabar con el lagarto. El reflejo de la armadura cegó al lagarto y el caballero solo tuvo que clavarle una lanza y empujarlo por un terraplén que había cerca de la ciudad.
Por muy increíble que nos pueda parecer, esta leyenda puede tener una fuente histórica y puede ser real.
Para conocer su posible origen debemos de remontarnos hasta los viajes de Cristóbal Colón a América. Dentro de una de las carabelas viajaba un jiennense como carpintero de a bordo. Al llegar a tierra firme este carpintero se fijó en un pequeño lagarto, que a pesar de ser pequeño era más grande que los lagartos que había en Europa, por lo que decidió llevárselo de vuelta a Jaén para mostrarlo en la ciudad.
Lo que no sabía este carpintero de a bordo es que se había llevado a Jaén una cría de caimán, que con el paso del tiempo, fue creciendo en tamaño y voracidad, por lo que el carpintero fue robando corderos, que eran los corderos que desaparecían en la ciudad de Jaén. Harto de tener que robar a sus vecinos el carpintero liberó al caimán, que al ser visto por los vecinos fue descrito como un reptil gigante, lo que explicaría el motivo por el cual en la iglesia de San Ildefonso había una piel de caimán.
Otra investigación hecha por historiadores sitúan el origen de esta leyenda en los navegante fenicios y en el pueblo judío, quienes serían los que habían importado esta leyenda desde sus lugares de origen hasta España y una vez aquí la leyenda se habría extendido, algo muy poco probable ya que la leyenda del Lagarto de la Magdalena data del año 1628 de nuestra era, y no se tienen registros anteriores.
Sea como fuere esta leyenda ha influenciado enormemente al turismo en la ciudad de Jaén, ya que a raíz de esta leyenda los propios habitantes de la ciudad crearon una bebida alcohólica llamada sangre de lagarto, un cóctel que mezcla vino tinto sin hervir, clavos, una cáscara de limón o naranja, canela en rama y anís. Esta bebida se puede tomar fría o caliente, pero siempre se ha de recitar el <<conjuro del lagarto>> durante su elaboración.
Bibliografía:
La leyenda del Lagarto de Malena. Disponible en: El Lagarto de la Malena y los Mitos del Dragón. 1980. Juan Eslava Galán.
Leyenda del lagarto de la Magdalena. Leyendas de Jaén. Disponible en: https://jaen24h.com/actualidad/leyendas-de-jaen-la-leyenda-del-lagarto-de-la-magdalena
Leyenda del lagarto de Malena. Leyenda del Lagarto de la Magdalena. Disponible en: http://www.turjaen.org/es/node/2192
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