Fitosaurios y la convergencia evolutiva. No todo es lo que parece

 Los Fitosaurios son un grupo de reptiles diápsidos arcosauromorfos, es decir, son una infraclase de los reptiles que surgieron durante el período Pérmico y que posteriormente se diversificaron durante el período Triásico.


Dentro de este grupo de reptiles podemos encontrar divisiones tan diferentes como los arcosaurios: dinosaurios, aves, cocodrilos o Pterosaurios; hasta otros ya extintos como los Trilophosaurios, los Ornitosúquidos o los Coristoderos.


Hecha esta pequeña introducción acerca de los Fitosaurios nos surge una duda más que razonable, ¿cómo es que estos reptiles no son cocodrilos y sin embargo se parecen tanto? De hecho seguro que más de uno seguro que los ha confundido. Para saber por qué se parecen tanto debemos hablar de la convergencia evolutiva.


La convergencia evolutiva es un proceso por el cual una serie de presiones selectivas similares dan por resultado una morfología casi idéntica. En otras palabras, al compartir ecosistema, forma de vida, dieta, etc, es decir las presiones evolutivas, se obtienen morfologías, el propio animal, muy parecidos o idénticos.


A pesar de que los Fitosaurios aparecieron durante el periodo Triásico y los cocodrilos durante el Cretácico, sus estilos de vida eran idénticos, es decir, un Fitosaurio del período Triásico tenía el mismo comportamiento que un cocodrilo del Nilo actual a pesar de no pertenecer a la misma especie ni ser coetáneos.


Sin embargo, los Fitosaurios y los cocodrilos actuales no son idénticos y si habéis estado atentos a las imágenes seguro que ya alguno habrá notado alguna diferencia. La diferencia más clara la podemos observar en sus narinas, es decir, en su nariz. Mientras que los orificios nasales de los cocodrilos se encuentran siempre en la punta del hocico, sin importar que se trate de un gavial o de un caimán. En cambio, en los Fitosaurios siempre vamos a encontrar las fosas nasales cercanas a los ojos, ayudándoles a respirar mientras el animal se encontraba sumergido. 


Los dientes de ambas especies también son diferentes, pero esto ya es algo más difícil de apreciar. Mientras que en los Fitosaurios los dientes poseen una serie de aserraciones, en los cocodrilos los dientes tienen una serie de estrías longitudinales.


Sin embargo, y como ya he mencionado antes, procesos selectivos similares dan morfologías parecidas, por lo que, ¿por qué hay tanta diferencia en la posición de las fosas nasales?


La respuesta la encontramos en el proceso evolutivo de ambas especies, en concreto en sus cráneos. Mientras que en los Fitosaurios se alargó el premaxilar de manera desmesurada, siendo necesaria la aparición de un nuevo huevo para darle estabilidad al cráneo, en los cocodrilos la parte que se alargó fue el maxilar, llevándose las narinas al frente del hocico.


También cabe mencionar que los cocodrilos “cerraron” un agujero, que tenían entre los ojos y la nariz durante las fases más tempranas de su evolución, la conocida como fenestra anteorbitaria, pues la zona que se alargó era donde estaba ese mal llamado agujero, sin embargo los Fitosaurios conservaron la fenestra anteorbitaria.


Los Fitosaurios eran tan parecidos a los cocodrilos actuales que también tenían dos formas de hocicos. Una de hocicos largos llamados Dolicorostal y otra de hocicos cortos llamados Braquirostral, al igual que los cocodrilomorfos actuales, que se pueden dividir en Longirostrinos, los actuales gaviales de hocicos largos, y los Brevirostrinos como los caimanes de hocicos cortos.


A pesar de todas sus similitudes, los Fitosaurios no consiguieron ser tan exitosos en su hábitat como lo son los actuales cocodrilos, ya que a pesar de haber aparecido durante el Triásico medio, hace aproximadamente 241 millones de años, se extinguieron a finales de este mismo periodo, hace unos 201 millones de años, aunque hay algunos autores que sugieren que estas especies podrían haber perdurado hasta principios del periodo Jurásico.


Sin embargo, y aunque estos animales puedan parecer muy extraños, la convergencia evolutiva no es algo tan extraño, ya que la naturaleza tiende a reutilizar morfologías de animales ya extintos. Otros ejemplos los podemos ver por ejemplo en los ictiosaurios y en los delfines actuales, que a pesar de su increíble parecido morfológico no son de la misma especie ni siquiera son animales del mismo grupo.


Otros ejemplos también son los topos, quienes por ejemplo convergen de forma evolutiva con las familias de las ratas topo emparentadas más con los roedores como ratas o ratones que con los topos. También se puede observar este mismo ejemplo de convergencia evolutiva con la rata topo desnuda, más emparentada con los puercoespines que con las ratas o ratones.

  

Bibliografía: 


 

         


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