"Pistol" Pete Maravich

 Hoy en la sección de historia deportiva os traemos un vídeo un poco diferente, una biografía. Aprovechando que se están disputando las series finales de la NBA, os hablaré de uno de esos magos olvidados por la mayoría de los espectadores de este deporte, la historia de “Pistol Pete”


Pistol Pete” Maravich nació el 22 de junio de 1947 en Aliquippa, Pensilvania. Hijo del jugador profesional y entrenador Press Maravich, quien fue su entrenador durante su etapa universitaria, fue un jugador de baloncesto que desgraciadamente fue más reconocido después de morir que en vida. Su padre fue un buen jugador de baloncesto, pero nunca llegó a ser ninguna estrella. Esto lo dejaría marcado de por vida, y juró que su hijo se convertiría en una leyenda del baloncesto.


Su padre era una de esas personas que proyectaba sus sueños y frustraciones en sus hijos, y desde los 7 años el destino de “Pistol Pete” estaba sellado. Su padre se convirtió en una figura omnipresente en su vida, modelando su carácter y su forma de jugar al baloncesto. Para alguien que había nacido en la ciudad de Aliquippa, un pequeño suburbio industrial, el baloncesto era una de las pocas cosas que podría cambiar tu destino.


Jugaba entre siete y diez horas al día durante el verano. Cuando mis amigos se iban al lago, yo me quedaba en el gimnasio entrando, a 40º, y trabajaba en mis tiros. Me iba a la cama con un balón de baloncesto hasta que cumplí 14 años”. Así describió Maravich su propia infancia. Para él, el mundo entero era una cancha de baloncesto, no fueron pocas las veces que le expulsaron del cine por estar botando el balón durante la película. Allí donde él iba siempre había un balón de baloncesto.


Su obsesión con el entrenamiento no tardó en dar sus frutos. Con solo 13 años su habilidad con la pelota llamaba muchísimo la atención. Aquel niño no era un jugador normal, su portentosa técnica e inagotable inventiva llamaban la atención, más aún si tenemos en cuenta que no había entrado en la adolescencia, y aún era un niño enclenque y bajito.


Pero, ¿por qué casi nadie, salvo los verdaderos amantes del baloncesto, sabe nada acerca de “Pistol Pete”? Parece ser que el mundo del baloncesto ha olvidado a “Pistol Pete”, sin embargo, hablamos de uno de esos pocos jugadores que revolucionó la forma de jugar al baloncesto, que cambió las normas del juego y ayudó a crear esas asistencias de película que se nos han quedado a todos en la retina.  


Antes de responder a esa pregunta, hablemos de su carrera profesional. “Pistol Pete” jugó durante cuatro temporadas con los Tigers de la Universidad de Luisiana, en las que promedió unos muy buenos números, 44,2 puntos, 6,4 rebotes y 5.1 asistencias por partido. En su primer partido en la liga universitaria ya anotó 50 puntos, y a lo largo de su carrera universitaria anotó un total de 3.667 puntos, un número que aún no ha sido superado a día de hoy.


En el “draft” de 1970 fue elegido en 3º posición por los Atlanta Hawks, dando el paso definitivo hacía la NBA. Sin embargo llegó a un equipo que no le recibió con los brazos abiertos.


Maravich era considerado un perdedor. Sí, sin dudas era un grandísimo jugador capaz de romper todos los datos y estadísticas, pero no era capaz de aparecer en los momentos importantes. En ese momento los “Hawks” ya tenían a sus estrellas, pero lo peor de todo era que el estilo de juego de “Pistol Pete” no era del agrado de sus compañeros, ya que lo consideraban pretencioso y arriesgado.


Cabe recordar que estábamos en una época en donde la NBA aún no era el gran circo que conocemos todos hoy, con los mates y las asistencias de película, y los jugadores de ese momento practicaban un estilo más conservador pero menos vistoso.


Sin embargo, como todo buen genio, Maravich se abrió camino y comenzó a enamorar a todos los aficionados de Estados Unidos. La imaginación de Maravich no tenía igual en ese momento. Sus trucos dejaban confusos incluso a los árbitros de aquel momento, quienes muchas veces le pitaron dobles o pasos ya que no eran capaces de ver lo que este chico de Minnesota había hecho.


Un extraño traspaso llevaría a Maravich a jugar en los New Orleans Jazz, donde habrían más luces y sombras. Sus problemas con el alcohol comenzaron a hacerse notar, así como una profunda depresión provocada por su incansable búsqueda de la perfección dentro de una pista de baloncesto.


A pesar de conseguir grandes noches en la NBA, como la del 25 de febrero de 1977 en el Madison Square Garden donde consiguió anotar 68 puntos, sus problemas con el alcohol fueron a más y sus lesiones de rodilla fueron a más.


Pistol se retiró por un problema crónico en la rodilla en 1980 jugando para los Celtics. Al año siguiente un tal Larry Bird conquistó el anillo para los Celtics. “Pistol Pete” nunca ganó un anillo de la NBA, el sueño que tenía desde que era un niño nunca se pudo cumplir. Su madre se acabó quitando la vida por sus problemas con el alcohol, y Maravich entró en una depresión de la que nunca salió.


Sin embargo en 1987 fue incluido en el “Basketball Hall of Fame”, uno de los pocos éxitos de su carrera. El 5 de enero de 1988 Maravich dejaba este mundo a los 40 años de edad. Ese día mientras jugaba un partido en la pista evangélica de Pasadena, “Pistol Pete” se desplomó para nunca más levantarse. Un problema cardíaco congénito que nunca le habían diagnosticado fue lo que acabó con el hombre que revolucionó el baloncesto. Sus últimas palabras fueron: “Me siento genial”.


Todo el juego que vemos hoy en la NBA es creación suya. El “Show Time” antes de los partidos no es otra cosa que los calentamientos de Maravich. Sus trucos han inspirado a generaciones enteras de jugadores, cambiando este bello deporte. Maravich nunca ganó un anillo, pero consiguió algo mucho más difícil, revolucionar un deporte entero.


Bibliografía: 


  


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